miércoles, mayo 2

Capítulo 5

~Un 13 de febrero~

A partir de ese día todo estuvo bastante bien: en el instituto las cosas estaban mejor, en casa también. Y no volví a ver a mi tía Lourdes, lo cual fue como una carga menos.
Días después en el instituto les dije a las chicas todo sobre ese grupo y ellas empezaron a escuchar sus canciones, ver entrevistas, sus vídeos graciosos . . . etc.
Yo hacía lo mismo que ellas, no había un sólo día que no pensara en ellos, era todo perfecto.

Nos lo pasábamos en grande, siempre había alguna cosa que nos recordara a ellos: cucharas, palomas, zanahorias, gatos, espejos, duendes . . .  Y muchas más cosas que por falta de tiempo no pongo. 
Cuando algo nos recordaba a ellos no reíamos sin parar, sin quererlo, nos salía solo y todos nos miraban con cara rara, cosa que no nos importaba.

No sé porque al conocerlos todo cambió a mejor, pero un todo muy inmenso: las notas, mi relación mi familia, con las amigas, conocidos y con los profesores. Una pasada, fue increíble.
Por eso desde ese momento sabía que no debería dejarles atrás, a esos 5 chicos tan importantes, porque todo cambió a bien gracias a ellos y si les dejaría de lado, pensaba que las cosas cambiarían de nuevo, a mal.

Por todo aquello nunca me olvidé de esa fecha, nunca me olvidé de ellos, de los buenos momentos que pasé con mis amigas gracias a ellos y lo más importante, de que me devolvieron las ganas de vivir, de perseguir mi sueño, por muy difícil que lo tuviera.

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