~Los saltos de alegría~
NARRA NADIA 
Estaba esperando a que mis padres empezaran a leer la hoja cuando mi hermana estiró su cuello para cotillear la hoja. Yo simplemente esperaba y esperaba, con una sonrisa inmensa en la cara, tenía un buen presentimiento de todo; pero tampoco me ilusionaría demasiado, claro. Me dio tiempo a pensar en muchas cosas mientras leían los tres la información.
Después de unos minutos largos, mis padres me miraron, mi hermana seguía leyendo. Les miré con la misma sonrisa de antes y me preguntó mi madre:
Edurne: ¿Tu quieres ir, verdad Nadia?
Yo: Porsupuestísimo que sí. -dije contenta-
Mario: Hombre, el tema del dinero tendríamos que ir hablándolo, pero por el resto no veo problemas. Sabemos que eres responsable, además vas con profesores, tus compañeros y estarás con monitores. -dijo mi padre-
Lorea: Eso mismo pienso yo también papá. Y hay que tener en cuenta que Nadia saca buenas notas y se lo curra, se lo merece.
Edurne: ¡Claro que sí, si es que mi niña es muy lista! -saltó mi madre dando un beso en la mejilla como las viejillas-
Yo: Mamá, que no soy una niña -dije frotándome esa misma mejilla-
Mario: Bueno, pues eso. Tendríamos que hablar lo de el dinero, pero tenemos tiempo chicas.
Edurne: Si, ya hablaremos de eso cariño. -le respondió mi madre-
Me levanté a darle un beso a mi padre y dí un saltó de alegría. Me volví a sentar y seguimos cenando, yo estaba toda feliciana; no me lo podía creer. Tenía unas ganazas ya... Buff. Estaba impaciente por contarles a las chicas que yo si que podría ir y también lo estaba por saber si ellas podían.
NARRA MARTA
Acabé de hablar con Sandra y Bela, me volví para el sofá, pero Teen Mom ya había acabado. Al rato mi madre me llamó, la cena y estaba lista; corrí hasta la cocina y me senté mientras que mi ama dejaba la sartén en la fregadera. Comencé a comer la tortilla, ¡me moría de hambre! Aunque estuviera ardiendo no me importó, soplé durante un buen rato y entonces mi hermana entró frotándose las manos y con cara de bruja. Nos chifla la tortilla.
Patricia: ¡Que buena pinta tiene!
Yo: Claro, pero por que es para mí, ¿que te creías? -dije con intención de picarla-
Patricia: Ehhhh, no. ¡LA TORTILLA ES MÍA! -gritó mientras empezaba a engullirla-
Laura: Haber, clama chicas, hay suficiente tortilla para todas. -mi madre nos calmó un poco al enseñarnos otro plato con una tortilla con mejor pinta aún-
Todas estábamos sentadas comiendo, era el momento.
Yo: Oye mamá, tengo que decirte una cosa, es una buena noticia.
Laura: De que se trata?
Yo: Pues verás, cuando el curso acaba se hacen viajes de fin de curso de toda la vida, ¿no? ¡Bueno pues mi clase y yo iremos a Londres!
Patricia: ¡Ala, que guay! ¡Yo también quiero!
Laura: Pechuga, cuando seas mayor iras, todavía no. Tu hermana ya es mayor y responsable, además, ¿iréis con profesores o así?
Yo: Si, vamos con tres, aparte de los guías y monitores que tendremos allá.
Laura: Pues que bien me parece Marta, yo te dejo claro, que es el viaje de fin de curso. Pero hay que pagar algo, ¿no? -en ese momento me entró una alegría que no pude explicar-
Yo: Ah, si. Espera, que Diego, el profe se Inglés, nos ha dado una hoja con toda la información; ahora te la doy.
Fui a buscar la hoja y mientras la buscaba me puse a cantar y bailar, aparte de dar algunos saltitos para "celebrarlo". En cuanto encontré la hoja, bajé corriendo y le dí el folio a mi ama para que lo leyera; mi hermana también quiso leerlo. Mientras me sentaba, oímos como la puerta de casa se habría, era mi hermano Dani, había llegado; esta trabajando como ayudante de mecánico.
Entró a la cocina y nos saludamos todos, se acercó a ver lo que leía mi madre.
Dani: ¿Que es esto chicas?
Yo: ¡Que me voy de fin de curso a Londres! -le dije todo contenta-
Dani: Joe que morro, pues aprovéchalo, eh.
Yo: Si si, ¡eso no lo dudes! -entonces me dedicó una sonrisa-
Laura: Osea que te vas a Londres y luego podrías ir a Irlanda, ¿no?
Yo: Exacto y a mi me gustaría ir a los 2 sitios, pero si no se puede... -hice una pausa-
Laura: Claro que puedes, tienes dinero ahorrado y se que no darás problemas, aparte de que controlas bastante bien el Inglés.
Patricia: Joe, ¡que yo también quiero! -contestó refunfuñando-
Mientras yo me dispuse a darle un gran abrazo a mi madre y ella se puso muy contenta también. Mi hermano se reía un poco por mi cara, no sabía cual poner, pero siempre tenía una gran sonrisa; y luego bueno, en fin mi hermana, no paraba de quejarse.
NARRA BELA
Sandra me miró con cara de pillina y como suele ir al grano siempre que puede, esta vez no iba a ser diferente.
Sandra: Oye mamá, tenemos que hablarte de un viaje, el de fin de curso.
Sonia: Ah si, decidme chicas.
Sandra: Verás, ya falta poco para que acabe el curso y nos iremos a Londres de viaje, pero hay una segunda opción para después: ir a Irlanda. -me miró y sonreímos las dos-
Sonia se quedó un poco descolocada, entonces Sandra subió al piso de arriba, tardo un poco en bajar, traía el papel y se lo acercó a su madre. Esta paró de comer y tardo su tiempo en leerla mientras las demás acabábamos la paella. En un rato se volvió a nosotras y dijo con la cabeza que sí.
Sandra se levanto y comenzó a correr por toda la casa, dando saltos enormes de alegría, nosotras la mirábamos con cara rara, pero no podíamos parar de reírnos. Al acabar se acercó a mi y me dio un gran abrazo, fue increíble.
Después de unos minutos largos, mis padres me miraron, mi hermana seguía leyendo. Les miré con la misma sonrisa de antes y me preguntó mi madre:
Edurne: ¿Tu quieres ir, verdad Nadia?
Yo: Porsupuestísimo que sí. -dije contenta-
Mario: Hombre, el tema del dinero tendríamos que ir hablándolo, pero por el resto no veo problemas. Sabemos que eres responsable, además vas con profesores, tus compañeros y estarás con monitores. -dijo mi padre-
Lorea: Eso mismo pienso yo también papá. Y hay que tener en cuenta que Nadia saca buenas notas y se lo curra, se lo merece.
Edurne: ¡Claro que sí, si es que mi niña es muy lista! -saltó mi madre dando un beso en la mejilla como las viejillas-
Yo: Mamá, que no soy una niña -dije frotándome esa misma mejilla-
Mario: Bueno, pues eso. Tendríamos que hablar lo de el dinero, pero tenemos tiempo chicas.
Edurne: Si, ya hablaremos de eso cariño. -le respondió mi madre-
Me levanté a darle un beso a mi padre y dí un saltó de alegría. Me volví a sentar y seguimos cenando, yo estaba toda feliciana; no me lo podía creer. Tenía unas ganazas ya... Buff. Estaba impaciente por contarles a las chicas que yo si que podría ir y también lo estaba por saber si ellas podían.
NARRA MARTA
Acabé de hablar con Sandra y Bela, me volví para el sofá, pero Teen Mom ya había acabado. Al rato mi madre me llamó, la cena y estaba lista; corrí hasta la cocina y me senté mientras que mi ama dejaba la sartén en la fregadera. Comencé a comer la tortilla, ¡me moría de hambre! Aunque estuviera ardiendo no me importó, soplé durante un buen rato y entonces mi hermana entró frotándose las manos y con cara de bruja. Nos chifla la tortilla.
Patricia: ¡Que buena pinta tiene!
Yo: Claro, pero por que es para mí, ¿que te creías? -dije con intención de picarla-
Patricia: Ehhhh, no. ¡LA TORTILLA ES MÍA! -gritó mientras empezaba a engullirla-
Laura: Haber, clama chicas, hay suficiente tortilla para todas. -mi madre nos calmó un poco al enseñarnos otro plato con una tortilla con mejor pinta aún-
Todas estábamos sentadas comiendo, era el momento.
Yo: Oye mamá, tengo que decirte una cosa, es una buena noticia.
Laura: De que se trata?
Yo: Pues verás, cuando el curso acaba se hacen viajes de fin de curso de toda la vida, ¿no? ¡Bueno pues mi clase y yo iremos a Londres!
Patricia: ¡Ala, que guay! ¡Yo también quiero!
Laura: Pechuga, cuando seas mayor iras, todavía no. Tu hermana ya es mayor y responsable, además, ¿iréis con profesores o así?
Yo: Si, vamos con tres, aparte de los guías y monitores que tendremos allá.
Laura: Pues que bien me parece Marta, yo te dejo claro, que es el viaje de fin de curso. Pero hay que pagar algo, ¿no? -en ese momento me entró una alegría que no pude explicar-
Yo: Ah, si. Espera, que Diego, el profe se Inglés, nos ha dado una hoja con toda la información; ahora te la doy.
Fui a buscar la hoja y mientras la buscaba me puse a cantar y bailar, aparte de dar algunos saltitos para "celebrarlo". En cuanto encontré la hoja, bajé corriendo y le dí el folio a mi ama para que lo leyera; mi hermana también quiso leerlo. Mientras me sentaba, oímos como la puerta de casa se habría, era mi hermano Dani, había llegado; esta trabajando como ayudante de mecánico.
Entró a la cocina y nos saludamos todos, se acercó a ver lo que leía mi madre.
Dani: ¿Que es esto chicas?
Yo: ¡Que me voy de fin de curso a Londres! -le dije todo contenta-
Dani: Joe que morro, pues aprovéchalo, eh.
Yo: Si si, ¡eso no lo dudes! -entonces me dedicó una sonrisa-
Laura: Osea que te vas a Londres y luego podrías ir a Irlanda, ¿no?
Yo: Exacto y a mi me gustaría ir a los 2 sitios, pero si no se puede... -hice una pausa-
Laura: Claro que puedes, tienes dinero ahorrado y se que no darás problemas, aparte de que controlas bastante bien el Inglés.
Patricia: Joe, ¡que yo también quiero! -contestó refunfuñando-
Mientras yo me dispuse a darle un gran abrazo a mi madre y ella se puso muy contenta también. Mi hermano se reía un poco por mi cara, no sabía cual poner, pero siempre tenía una gran sonrisa; y luego bueno, en fin mi hermana, no paraba de quejarse.
NARRA BELA
Sandra me miró con cara de pillina y como suele ir al grano siempre que puede, esta vez no iba a ser diferente.
Sandra: Oye mamá, tenemos que hablarte de un viaje, el de fin de curso.
Sonia: Ah si, decidme chicas.
Sandra: Verás, ya falta poco para que acabe el curso y nos iremos a Londres de viaje, pero hay una segunda opción para después: ir a Irlanda. -me miró y sonreímos las dos-
Sonia se quedó un poco descolocada, entonces Sandra subió al piso de arriba, tardo un poco en bajar, traía el papel y se lo acercó a su madre. Esta paró de comer y tardo su tiempo en leerla mientras las demás acabábamos la paella. En un rato se volvió a nosotras y dijo con la cabeza que sí.
Sandra se levanto y comenzó a correr por toda la casa, dando saltos enormes de alegría, nosotras la mirábamos con cara rara, pero no podíamos parar de reírnos. Al acabar se acercó a mi y me dio un gran abrazo, fue increíble.


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